Atrás Entrevista a Juan José Sánchez Ramos, General de Brigada Farmacéutico

Entrevista a Juan José Sánchez Ramos, General de Brigada Farmacéutico
04 ene 2021
Entrevista a Juan José Sánchez Ramos
General de Brigada Farmacéutico
¿Han sido los meses más difíciles que recuerda para el ejército en general y la farmacia militar en particular?
No hay duda de que estamos viviendo meses muy duros y difíciles, que nunca antes nuestra generación había vivido ante la tremenda pérdida diaria de personas y las excepcionales circunstancias en las que nos dejan, además del continuo avance de un virus poco conocido, el SARS-CoV-2 y la incertidumbre en aspectos sanitarios esenciales de una enfermedad, la Covid-19, que tensiona nuestras estructuras sanitarias, sociales y económicas y pone a prueba nuestras capacidades. La Farmacia militar, a través de las diferentes estructuras en las que se integran los oficiales farmacéuticos en las Fuerzas Armadas, combate la crisis sanitaria en primera línea en múltiples frentes: hospitalario, analítico, producción, dirección y gestión, atención farmacéutica comunitaria y asistencial. En cada uno de esos frentes, en respuesta a lo ordenado por las autoridades para apoyar a la seguridad y al bienestar de los ciudadanos, se han vivido momentos duros y críticos, difíciles e inolvidables, superados con vocación de servicio y la satisfacción del deber cumplido.
Grosso modo, ¿Cuál ha sido la principal labor de la farmacia militar durante la pandemia?
La crisis sanitaria por la COVID-19 requiere un volumen de recursos sanitarios sin precedentes que, especialmente en sus inicios, tensionó los mercados por la elevada demanda y dificultó su disponibilidad. Desde entonces, la gestión de los recursos sanitarios, especialmente determinados medicamentos, material de protección y equipos de electromedicina en todos los ámbitos de las FAS así como en el apoyo a diferentes estructuras civiles, sigue requiriendo una intensa labor de dirección, gestión y coordinación para la farmacia militar.
Tanto el servicio de farmacia hospitalaria como los laboratorios de los servicios de análisis clínicos y bioquímica clínica, microbiología y parasitología e inmunología del Hospital Central de la Defensa ¿Gómez Ulla¿ que asisten a un amplio sector de población madrileña, constituyen otro eje fundamental de la labor asistencial, analítica y diagnóstica del farmacéutico militar en esta crisis.
Es de significar la reorientación de la actividad analítica por parte de los farmacéuticos militares del Instituto de Toxicología de la Defensa (ITOXDEF) y del Laboratorio de Identificación Rápida (LABIR) de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para la realización de pruebas diagnósticas del SARS-CoV-2 mediante la técnica de la RT-PCR, entre otras.
La Labor del Centro Militar de Farmacia tiene especial relevancia en la crisis, tanto en sus instalaciones de Colmenar Viejo como de Burgos, para la fabricación, almacenamiento y distribución de medicamentos y recursos sanitarios específicos para la crisis por la Covid-19.
La labor de la farmacia militar y de los farmacéuticos militares durante esta pandemia es esencial y multidisciplinar en plena correspondencia con la labor de la farmacia y los farmacéuticos en nuestra sociedad. Labor realizada con vocación de servicio en apoyo de los ciudadanos y nuestra sociedad.
El farmacéutico es uno de los principales asesores para el ciudadano, especialmente en municipios más pequeños. ¿Qué similitud tiene con la labor asistencial del farmacéutico militar?
En su labor asistencial, el farmacéutico militar es un asesor muy cercano para el personal civil y militar del Ministerio de Defensa en cualquiera de los ámbitos donde presta sus servicios, incluyendo las especiales situaciones y particularidades propias del ámbito militar tanto en territorio nacional por la especificidad de cada unidad, cuerpo u organismo de las FAS, así como en las misiones internacionales en el exterior. Una de sus funciones es la de asesorar al mando en todos los ámbitos de sus competencias en ciencias farmacéuticas. Por esta amplitud, existen 38 servicios farmacéuticos militares distribuidos por la geografía española integrados en las diferentes bases militares, academias, centros y organismos pertenecientes a la Armada, al Ejército del Aire, al Ejército de Tierra y a la Unidad Militar de Emergencias, además de los pertenecientes al Órgano Central del Ministerio de Defensa. En ellos el farmacéutico militar presta atención farmacéutica y asesora al personal civil y militar en todo lo relacionado con el medicamento y las ciencias farmacéuticas. Son los responsables de abastecer y mantener los recursos sanitarios para las operaciones militares de las Unidades en las que se ubican además del control de calidad del agua de consumo humano, piscinas y aguas continentales y de los análisis de drogas de abuso establecidos en los protocolos para el personal militar.
El Centro Militar de Farmacia de Colmenar Viejo ha colaborado con la producción de formas farmacéuticas. ¿Qué capacidad de colaboración en casos de este tipo tiene la farmacia militar? ¿Sería importante en vista de hechos como este redimensionar la estructura de dichos centros?
El Centro Militar de Farmacia de la Defensa (CEMILFAR) es el órgano encargado de la producción, abastecimiento y mantenimiento de los recursos sanitarios de las Fuerzas Armadas y produce los preparados del petitorio de farmacia del Ministerio de Defensa que es la relación de medicamentos que se consideran básicos para la atención a la salud de los miembros de las Fuerzas Armadas, en los campos logístico-operativo y asistencial. El petitorio está integrado por 78 presentaciones que abarcan a las principales formas farmacéuticas: comprimidos, cápsulas, soluciones, pomadas, ampollas, viales, jeringas prellendas, autoinyectables, colirios, sueros, etc. El 65% son antídotos y terapias de apoyo contra agresivos químicos, biológicos o nucleares ¿agentes NBQ- ; el 75% son medicamentos de interés militar, la mayoría huérfanos sin interés comercial.
El CEMILFAR es el único laboratorio productor de medicamentos de la Administración General del Estado, y es un centro de referencia para la fabricación de medicamentos por causas excepcionales relacionadas con la salud, y para la fabricación de antídotos NBQ. En virtud de diversos acuerdos y convenios, el centro fabrica, almacena y custodia medicamentos de interés estratégico nacional para la seguridad y defensa de los españoles, desde el punto de vista sanitario como por ejemplo los comprimidos de yoduro potásico para el pretratamiento de la intoxicación por iodo radiactivo contemplados en los planes de emergencia nuclear de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, la reserva de vacuna de la viruela del Ministerio de Sanidad (entre otros medicamentos) o la fabricación de más de 30 millones de comprimidos de oseltamivir en 2009, el antiviral para la pandemia de gripe A. En la actualidad, gestiona su almacenamiento y custodia, junto a otros medicamentos de interés estratégico nacional.
Ante una situación de crisis como la que vivimos, el CEMILFAR reorienta su actividad. El nuevo Centro de Colmenar Viejo fue puesto en marcha en 2016, y desde su concepción en 2009, la versatilidad y la capacidad de adaptación en sus procesos de fabricación para producir aquello que fuese ordenado por las autoridades, siembre bajo las Normas de Correcta Fabricación de Medicamentos, se contempló siempre como una especificación y un hito de referencia.
La crisis sanitaria por la Covid-19 ha puesto de manifiesto la disponibilidad inmediata y la capacidad de reacción del CEMILFAR, que desde el primer momento de la crisis reorientó su actividad productiva a la fabricación de solución hidroalcohólica para la higiene de manos, Hidroxicloroquina sulfato 200 mg. en comprimidos para el tratamiento en los inicios de la Covid-19, Paracetamol 500 mg. en cápsulas de gelatina dura, Azitromicina 500 mg. en comprimidos, Ibuprofeno 600 mg. en comprimidos, Melatonina 50 mg. en cápsula y otros analgésicos y terapias de apoyo. Así mismo, el CEMILFAR de Burgos ha puesto de manifiesto esta versatilidad y respuesta inmediata al implementar, en plena crisis y en tiempo récord, una línea automática de producción y acondicionamiento de mascarillas quirúrgicas tipo IIR en una instalación que cumple los requisitos para la fabricación de este producto sanitario.
¿Sería importante en vista de estos antecedentes, redimensionar la estructura de dichos centros?
Las capacidades del CEMILFAR están dimensionadas para el apoyo farmacéutico a las Fuerzas Armadas. No obstante, su potencialidad le hace ser un recurso excepcional, un instrumento a disposición de las autoridades, cuya explotación es función de los recursos que se le asignen.
En cierto modo habrá muchos jóvenes que desconozcan las funciones de la farmacia militar. Además, entendemos que debe de existir una vocación para inclinarse por esta salida profesional. ¿Qué puede comentar a los estudiantes de farmacia que pueda despertar el interés por decantarse y ejercer la profesión farmacéutica desde el ejército?
Nuestros jóvenes farmacéuticos encontrarán en Farmacia Militar un ámbito multidisciplinar donde ejercer y satisfacer su vocación farmacéutica en plenitud, con los alicientes extras de vocación de servicio a los demás y a nuestro país, vistiendo el uniforme e inmersos en los valores que caracterizan a la profesión militar. En los últimos años, entre diez y doce personas ingresan en Farmacia Militar, aunque los aspirantes son muchos más. Hace unos días saludé a los diez nuevos Caballeros y Damas Cadetes que en unos meses serán Tenientes Farmacéuticos del Cuerpo Militar de Sanidad. Cada uno de ellos manifestó una vocación diferente, un perfil específico, curiosamente sin igual entre ellos que, estoy seguro, podrán desarrollar con plenitud como farmacéuticos militares: Desde la atención farmacéutica en el servicio farmacéutico de una base militar, hasta especialistas farmacéuticos en radiofarmacia, farmacia hospitalaria, análisis clínicos o microbiología en la red hospitalaria militar, pasando por una vocación muy atractiva hacia la defensa frente agentes de guerra NBQ, o la producción de antídotos contra estos en el CEMILFAR.
La determinación analítica de estos tóxicos y otros muchos en muestras biológicas, de aguas, de aire, u otros sustratos en el Instituto de Toxicología de la Defensa, la dirección y gestión de los servicios farmacéuticos en órganos de dirección de la Armada, los Ejércitos, o en la Subinspección General de Apoyo y Ordenación Farmacéutica de la Inspección General de Sanidad, la atracción por las misiones internacionales de paz y de ayuda humanitaria como farmacéutico integrado en formaciones sanitarias operativas o la docencia, investigación y desarrollo¿ son salidas profesionales apasionantes para ejercer la profesión farmacéutica desde las Fuerzas Armadas.
¿Han notado una mayor demanda o inclinación del estudiante universitario hacia esta vía profesional?
En farmacia militar nos sentimos satisfechos porque se mantiene un alto grado de demanda e interés del estudiante universitario hacia esta salida profesional. Pero la satisfacción es aún mayor al comprobar el alto grado de preparación académica, humana y profesional de los nuevos farmacéuticos militares que cada año ingresan y que prometen un brillante futuro para la farmacia militar. En nombre de la de institución que represento, en el de los farmacéuticos militares y en el mío propio agradezco sinceramente esta oportunidad que nos da Bidafarma para dar a conocer a la farmacia militar y para difundir el orgullo y satisfacción que sentimos quienes hemos elegido esta carrera profesional, nuestro compromiso con la sociedad y nuestro deseo y vocación de servir a los demás como farmacéuticos militares, deseo y vocación compartidos con nuestros colegas farmacéuticos civiles.